El próximo 11 de agosto, la bodega Oliver Moragues, ubicada en Algaida, Mallorca, dará inicio a la vendimia 2025. Las expectativas con la nueva añada 2025 son altas ya que se producirá tras unos últimos ocho meses de lluvias abundantes, lo cual ha favorecido un ciclo vegetativo muy generoso, y en consecuencia una planta más hidratada y con producciones esperadas más altas. La combinación de buena masa foliar junto con la hidratación adecuada nos da una idea de que la campaña de vendimia que se inicia en unas ocho semanas va a ser más normal que la del 2024 que estuvo marcada por un ciclo previo extremadamente seco.
A pesar de que Mallorca registra un clima mediterráneo caracterizado por veranos secos e inviernos húmedos, cada vez más se están produciendo mayores oscilaciones y desviaciones estadísticas en cuanto a las temperaturas y pluviometría. Así el periodo que va desde octubre de 2023 hasta la campaña de 2024 se presentó con pluviometría muy tan escasa que provocó una significativa reducción de la masa foliar, estrés hidrológico y disminución de rendimientos en los viñedos. Eso resultó en que la vendimia 2024 fue más bien escasa y poco interesante desde un punto de vista enológico.
Por el contrario, los últimos ocho meses, desde Noviembre de 2024 hasta Mayo de 2025, han mostrado una pluviometría significativamente superior a la media estacional, y se ha mantenido buena precipitación no solo por la cantidad de lluvia recogida sino también por lo repartida en el tiempo que se ha mostrado. Gracias a estas condiciones meteorológicas más favorables, la bodega espera, para la vendimia que se iniciará en Agosto, una recuperación de las producciones por hectárea próximas a las añadas de 2022 y 2023, lo cual aliviará la caída de 2024 cuando los rendimientos cayeron entre un 20% y un 50% en la isla. Sentimientos insostenibles a medio plazo que ponían en riesgo todo el sector. Ya que la bajada en producción incrementa los costes imputados por litro producido tanto de tratamientos como de mano de obra.
Hay que entender que el agua no solamente afecta a la producción sino que es fundamental para garantizar una calidad apropiada de la fruta. Principalmente ayuda a la hora de conseguir una maduración más equilibrada, presentar la frescura, y obtener una madurez polifenoles correcta, sin olvidarnos de cómo afecta la masa foliar al ph que es el factor principal en la elaboración enológica.
Se prevé que la producción de uva blanca, especialmente Prensal Blanc, aumente entre un 25 % y un 30 % respecto a 2024. En variedades tintas (Manto Negro, Callet, Gorgollassa), la recuperación será igualmente significativa.
La bodega Oliver Moragues trabaja desde hace ya más de 10 años con cubiertas vegetales, buscando no solamente regenerar los suelos sino también buscar el ‘mulching’ o acolchado para reducir el impacto del calor extremo sobre la tierra. Además seguimos trabajando en el proyecto de replantación de las nuevas viñas con sistemas en vaso que permitan reducir la altura de la vid y hacerlo con raíces más profundas, más resistentes a la sequía. Eso forma parte de la estrategia que seguimos en Oliver Moragues para adaptarnos al cambio climático y adelantarnos a la posible sequía para que nuestras viñas tengan un futuro más sano y una vida más longeva.
En conclusión, y a pesar de que no podemos hablar de una mejor vendimia todavía respecto al año anterior, sí que podemos adelantar que tiene buenas perspectivas. Todavía queda mucho tiempo y hay que tener en cuenta además que si bien iniciaremos la vendimia el 11 de Agosto con alguna variedad blanca, no todas ellas son de ciclo corto y la vendimia se alarga hasta final de Septiembre con las variedades de ciclo largo. Esos dos ciclos diferenciados nos obligan a ser prudentes ya que hasta la semana anterior a la vendimia va a ser difícil asegurar que la cosecha ha sido buena. No obstante tiene toda la pinta de que apunta a un gran año.